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Hoy os ofrezco un artículo en el que pretendo dar a conocer la ruta que tenía bastantes ganas de hacer y conocer en primera persona. Para los amantes del ciclismo de carretera, es conocida en Cantabria como «La ruta de los puertos». Consta de un total de 100km (saliendo desde Santander), 1.700m de desnivel positivo acumulado y tres puertos de montaña -Alisas, Cruz Usaño y Fuente las Varas-, de los cuales los dos últimos no llegan a los 500m de altitud.

Comenzando en el Barro de Arriba la subida al puerto de Alisas (674m)

Comenzando la Subida a Alisas

El inicio de la ruta parte de Santander, pasando por los municipios de Camargo y Astillero para llegar a Solares (Ayuntamiento de Medio Cudeyo). Desde Solares tomaremos la carretera que nos conducirá hasta La Cavada (Riotuerto), el nucleo urbano que está justo antes de comenzar el ascenso al primer puerto (AlisasAltimetría). Esta primera parte de la ruta nos lleva 25 kilómetros, el puerto tiene una subida total de 12,4 kilómetros y con una pendiente media del 5% aunque en ocasiones llegan a superar el 9%.

Durante la subida, que duró 35 minutos la pedalada es ágil y continuada, una cadencia de 85 pedaladas por minuto hace que las piernas no se fatiguen en exceso y conserven fuerzas para los siguientes puertos no tan amables en desnivel como este primero.

En plena subida a Alisas

Dejando atrás el valle de Miera mientras subo Alisas

Aprovechando que el puerto es largo tomo algunas fotos de lo que voy dejando atrás, un paisaje estupendo y aunque el día tenía cierta neblina, ofrecía una belleza digna de un domingo rodador.

El puerto de Alisas es un típico de los ciclistas cántabros, muy rodado pasan más bicicletas que coches y casi al finalizar tiene el «Monumento al ciclista» que es testigo de numerosas pruebas y marchas que se hacen durante todo el año por la zona. Este monumento está a un kilómetro aproximadamente de Las Calzadillas, un pequeño barrio del municipio y que goza de unas vistas espectaculares.

Bajada hacia Arredondo "La capital del mundo" desde Alisas

En el descenso hacia Arredondo, podemos ver los montes nevados.

Al llegar a la cima del puerto me encuentro allí con algunos motoristas que estaban haciéndose fotos y unos cuantos compañeros ciclistas que estaban entrenando en equipo, yo sin detenerme hago la foto del cartel y comienzo el descenso hasta Arredondo (La Capital del Mundo). Un descenso de casi 10 kilómetros en el que me quedo literalmente helado, bajo con cuidado, procuro no excederme en la velocidad, las zapatas de freno no están finas y no quiero que me jueguen una mala pasada, además el firme está parcialmente mojado lo que hace que la estabilidad se vea comprometida en algunas curvas.

Entrada al pueblo de Arredondo

Entrada a Arredondo desde Alisas

Llego a Arredondo, hacía años que no pasaba por esta población y me sorprende ver que conserva su encanto, lo llaman «La Capital del Mundo» por la cantidad de indianos que emigraron hacia América.

De Arredondo toca ahora llanear un rato hasta Riva donde se produce un curioso juego de palabras, porque el Rio Asón es el único Rio que va Pa’ Riva (rio que va parriba). En la galería se puede observar que el río baja con mucha fuerza gracias a las recientes nevadas que han caído.

En Riva -otro pueblo encantador- me tenía que desviar hacia Matienzo, la población que me daría acceso al segundo puerto del día, Cruz Usaño (altimetría). Algunos lugareños estaban talando y podando árboles así que tengo que subir con cuidado de no toparme con alguna pala excavadora o camiones de transporte.

Subiendo el portillo de Cruz Usaño (350m)

Subida dura a Cruz Usaño, en ocasiones el 10% de pendiente.

La subida es dura en ciertos puntos, subir con un 39 se hace complicado sobre todo sin asimilar los más de 100 kilómetros del día anterior.

El día gris obligaba a abrigarse sin reparos, térmica, braga para el cuello y la cabeza aunque los puertos servían de calefacción automática.

Hasta este punto la ruta de 10, paisaje precioso, carreteras tranquilas y con poco tráfico y el firme en muy buen estado. En cada pueblo hay una fuente así que no te quedas sin agua en ningún momento. En mi caso con el medio litro inicial me llegó demasiado justo para toda la ruta, se agradece llevar un bidón más grande o parar más a coger agua.

Si vas sin prisa, también hay un par de sitios en Arredondo y Riva, donde poder tomarse un café y un sobao, que en algunos momentos sin duda, se agradecería bastante.

Llegada a la cima de Cruz Usaño

Por fin! Cruz Usaño!

Sigo pensando en que debería haber tomado un café para activarme un poco y ya no queda casi nada para terminar la segunda subida del día, 5 kilómetros que se me hicieron más cortos de lo que pensaba, pero ya estaba en Cruz de Usaño.

Después de coronar, una corta y rápida bajada a uno de los barrios de Matienzo nos dejaría en la base de Fuente las Varas, la última y para mi más dura subida del día. Otros 5-6 kilómetros subiendo pero con la carga que llevaba encima se me hicieron como 10.

Preciosas vistas del Valle de Ruesga desde Fuente las Varas

Una panorámica preciosa del valle de Ruesga mientras subes el puerto.

La subida es muy, muy bonita, muchas eses, buen piso y unas vistas al valle de ruesga que son la envidia de muchas rutas, sencillamente preciosa.

Aunque ya comento que el día no estaba como para mucho paisaje, cierto es que las nubes daban un aire dramático a la vista. El verde contrastaba con el blanco del cielo y cada vez que veía lo que llevaba ascendido pensaba que quedaba un poco menos para coronar.

Ya conocía la cima de subir por la otra cara, que no se me había hecho tan dura y pesada como por esta.

En este tramo me cruce con varios turismo, algun motorista y lugareños que subían a pie animando a empujar con fuerza en los últimos metros.

Llegada al puerto de Fuente las Varas (450m) un duro final

El cartel que anuncia la llegada a Fuente las Varas

Esto parecía no terminar nunca, pero no hay mal que cien años dure ni puerto que no se pueda subir con paciencia, llegué a Fuente las Varas.

Lo duro ya había pasado, aunque desde aquí hasta el destino quedaban otros 40 kilómetros. La bajada hasta Hoznayo es larga, muy larga (unos 15 kilómetros) y con el firme no tan bueno como me gustaría pero me armo de paciencia y prudencia y bajo tranquilo.

Hoznayo ya es «territorio conquistado» y desde allí regresaría hacia Solares donde tomaría el camino que había escogido para la ida.

En total 100 kilómetros en algo menos de 4 horas y con la sensación de haber pasado una excelente mañana, tuve suerte y no me llovió aunque la humedad era importante.

Ahora solamente toca pensar cual será la siguiente y empezar a prepararla con tiempo y ganas. Aquí tienes la galería con todas las fotos.

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