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Después varios meses de temporada cicloturista y tras haber participado en algunas carreras y marchas de medio fondo, me animé a poner la guinda de la temporada en algo de gran fondo y la prueba elegida fue «La Indurain«. Aunque el motivo y objetivo principal era otro muy distinto, conseguir un recuerdo para alguien especial y lo conseguí antes de montar en la bici.

Lo cierto es que había revisado por encima el perfil de la prueba, sabía que superaba los 180km y en la mayoría de las páginas que visitaba hablaban de algo menos de 3000m de desnivel acumulado y una dificultad media-baja, incluso algunos eran capaces de quejarse de un trazado fácil sin grandes dificultades, perfecta para acabar la temporada.

Aprovechamos la ocasión (y hablo en plural porque pasaría el fin de semana con mi esposa que me acompañaba) para hacer una visita a Iosu y Maribel, unos estupendos amigos que viven en Villava (Navarra).

Los preparativos para La Indurain

Nada más llegar a Villava, tocaría recoger los papeles y el dorsal para después ir directo a por el objetivo principal… He aquí una fotografía con el gran Miguel Indurain (Miguelón).

Miguel Indurain en la marcha La Indurain

Ya teníamos lo que veníamos a buscar, era momento de recoger las cosas, pasar por el hotel y cenar con Iosu y Maribel en «La Cantinetta» un restaurante italiano familiar que hay en Pamplona. Cargamos con unas buenas raciones de hidratos para gastar a la mañana siguiente en La Indurain y con la misma al hotel a preparar la máquina y descansar.

El día de La Indurain 2015

Comer y entrenar

Es el día de La Indurain, suena el despertador, son las 6 de la mañana del 25 de julio y en esta ocasión «no tengo desayuno buffet», al ser un apartahotel toca prepararse el desayuno de los campeones… Desayuno, ducha caliente para activar un poco el cuerpo, vestimenta, cojo la máquina y me dispongo a ir a la salida. Llego pronto y me encuentro allí con Ramón y Manuel que también van a hacer la marcha larga. El día pinta bastante bien, hay algunas nubes y bastante viento pero en eltiempo.es no daban agua (pardillos). Cafetito rápido con un par de galletas y a la línea de salida, más de 1500 participantes de los cuales más de 1100 proceden de otras provincias y países, tremendo!

Arranca La Indurain y comenzamos a rodar neutralizados pero a buen ritmo, al cabo de 3-4 kilómetros se suelta la marcha y comienzan los achuchones y la lluvia, los repechos son continuos durante varios kilómetros (Aoiz, Nagore, etc.), la lluvia iba y venía, el cielo se oscurecía bastante, la subida a Betelu se hace dura porque el agua y el viento nos dan por todas partes, en Erro el panorama no sería mucho mejor, subida corta pero dura por el viento y una bajada rápida y peligrosa gracias a que la temperatura había descendido hasta los 10ºC y la ropa de verano se hacía insuficiente.

Perfiles de algunos de los puertos de La Indurain

Las dudas de si acabaré La Indurain 2015

Voy calado, con los brazos helados, la bajada se hace interminable, muy rápida, con algunos tramos por encima de 70kmh pese a tener viento en contra. Voy mirando el cielo, dirigiendo la mirada hacia la zona de Egozkue comento con otro ciclista la posibilidad de hacer la corta en caso de que el tiempo se ponga difícil pero al llegar al desvío, no dudamos en tomar el camino hacia la perdición… 83km adicionales a la aventura.

Comienza la parte dura de La Indurain 2015

En este punto es en el que se acaban los repechos cortos y altos de 3ª y 4ª categoría, para empezar el primer plato es Egozkue (2ª categoría), una subida de 6km al 6% con algunos tramos del 8 y 9% que sumados al frío y kilómetros acumulados parece un primera, antes de terminar la lluvia hace de nuevo acto de presencia. La bajada se torna complicada, el firme está en un estado peligroso, roto, mojado y lleno de regalos que nos dejan las vacas de la zona.

Comienzan a pasar por la mente deseos de comenzar el ascenso al último puerto, pero antes nos quedaría subir el alto de Velate bajo la misma y pesada lluvia que comenzó hacía rato, otros 4 kilómetros duros, el plato de 36 dientes lleva bastante tiempo engranado. Miro la pantalla del gps, llevo más de 120km y no he comenzado a subir el último puerto, 15km que parecían iban a ser duros, las rodillas estaban heladas, dolía cada pedalada y tenía claro que el ritmo inicial iba a ser tranquilo. Artesiaga es un puerto de 15km al 5% de desnivel medio aunque los cuatro primeros kilómetros llegan bastante fácil al 9%.

Perfil de La Indurain

Tomé un último gel al pasar el cartel de 5km para la cima, y allí, estaba esperando Rafa que apostado y con el paraguas para protegerse de la lluvia estaba sacando fotos, el agua seguía cayendo de lo lindo y me acompañaría en lo que restaría de subida parando y sacando fotos cada 500 metros. Agradecí un montón verle allí, entre tanto agua y tanto desnivel una cara amiga es el mejor de los nutrientes.

Fue a partir de ese momento cuando tuve las mejores sensaciones, volvieron las fuerzas y comenzó el descenso, con prudencia por el estado de la carretera y luego haciendo un segmento hasta la meta de los que espero no olvidar en mucho tiempo. Comencé a dar pedales como si no hubiera un mañana, no hacía un cuarto de hora que el plato de 36 dientes se me hacía demasiado grande y ahora el de 52 parecía pequeño. Con todo metido comencé a encontrarme bien, mi terreno, el llano favorable que aunque tenía algunos repechos me permitió ir alcanzando a mucha gente, todos pasaban al vagón de cola y rodábamos en autobús, apenas hubo un voluntario que se decidió a dar un relevo, corto, de unos 30 segundos pero rápidamente volvió a rueda, a protegerse del viento. Me divertí mucho en ese tramo, Rafa seguía avanzando y parando para hacer fotos pero cada vez con mayor dificultad, rodábamos a media de más de 40km hora y tenía que distanciarse más para poder llegar a tiempo.

Los últimos 5 kilómetros por tramo urbano los hicimos con bastante cuidado, había bastante tráfico y las normas están para respetarlas. Finalmente, la entrada en meta, allí estaba la grupeta esperando, con la mesa reservada para comer y aprovechamos para hacer algunas fotos.

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Conclusión de La Indurain 2015

Me parece que no es justo decir que La Indurain es una marcha floja, indigna de su nombre. Una marcha puede ser tan dura como los elementos y uno mismo la puedan hacer, en mi caso, me ha parecido una marcha que por desnivel, trazado y condiciones ha sido dura. Tan solo los 40 últimos kilómetros, en los que he disfrutado apretando, me han parecido asequibles.

Además, quizás sea de las pocas marchas que puedan presumir de ofrecer terreno para todos los gustos: (Repechos, Puertos largos, puertos cortos, bajadas técnicas, bajadas de rodar, falsos llanos, toboganes, etc.) y sin dejar de acordarme de la organización y la Policía Foral que en todo momento han velado correctamente por la seguridad de los participantes. Hay que saber apreciar todos los detalles para poder emitir una valoración, sin duda, es otra de las grandes a hacer.

Por último, agradecer a Miguel Indurain su amabilidad y atención al posar en varias ocasiones, dedicar fotos y siempre con una sonrisa en la cara.

Fotografías cortesía de Rafa: www.fotorafa.com

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