V Marcha Valle de Buelna
Hacía ya un año que no participaba en una marcha cicloturista de mountain bike y ya tocaba cumplir con la obligación de visitar nuevamente a los amigos corraliegos en su ya quinta edición de la Marcha Valle de Buelna MTB, una de las marchas de Cantabria que más fama y acogida está tomando pues tanto el recorrido como la implicación del club a la hora de pulir todos los detalles hacen que sea una gozada disfrutar de un buen día de mountain bike, bueno, en este caso de dos días.
Cómo es la marcha…
Cada año incorporan alguna novedad a la marcha y en esta ocasión constaba de una nueva etapa el sábado por la tarde, de algo menos de 30 kilómetros pero con una dureza elevada al superar los 1000m de ascensión acumulada. Esta etapa sumada a los 55 kilómetros del domingo con más de 1800m de ascenso acumulado dejan un total de 85 kilómetros con casi 3000m de acumulado, casi nada.
…y de cómo disfruté como un enano
Lo cierto es que me quedé con las ganas de participar en la etapa del sábado pero un compromiso familiar ineludible me impidió participar, en concreto, la boda de Mario y Sara, mis sobrinos. Pero ello, aun más si cabe, me planteó un reto… Hacer la Marcha Valle de Buelna después de una noche de boda y celebración daría todavía un tinte algo más divertido e interesante a la mañana del domingo.
Primer PitStop (No suena el despertador)
El día comenzaría con un dolor de cabeza tremendo… Intenté dormir algo la noche del sábado al domingo pero acabé aterrizando en la cama a más de las 3am y la Marcha Valle de Buelna salía a las 9am de Corrales de Buelna (a 40km de casa). Pero no consigo dormir hasta las 6:30am y el despertador sonaría a las 7 como tenía programado así que lo de la fase REM del sueño me lo paso por la funda nórdica.
Segundo PitStop (No hay nadie en boxes)
Al haber estado de boda la noche anterior, el coche no estaba preparado para cargar la bici así que tocaba hacer el primer sprint en el garaje… Con las prisas al final siempre se olvida algo, en esta ocasión el bolsillo con las herramientas y recambios. Pero como el día está abocado a la improvisación decido tomármelo con humor y pensar que seguro que pincho poco antes de llegar a meta y atravieso andando el arco.
Tercer PitStop (Llego tarde a recoger el dorsal)
Llegué después del cierre de recogida de dorsales y me parece que quedaba el mío y otro más, menos mal que tener algo de enchufe vale para algo así que me dieron el dorsal y la bolsa con los regalos y me preparo para aparcar y preparar la bici, el casco, zapatillas, etc.
Cuarto PitStop (Incumpliendo con la primera norma)
La primera norma de una marcha es: «Nunca estrenes algo en una marcha», en mi caso estrené una transmisión completamente nueva… ale… había quitado los tradicionales 2 platos por un monoplato de 32 dientes así que se puede decir que hice toda la marcha «a plato» que a la postre sería hasta grato pues me libró de muchas incomodidades a la hora de meter piñones en situaciones complicadas.
Y comienza la Marcha Valle de Buelna justo a las 9am, puntuales como los ingleses, tras unos kilómetros neutralizados nos lanzamos a por las primeras rampas de hormigón, yo algo acojonado por ver como me desenvolvería con los 32 dientes del plato a la primera de cambio y me sorprendió bastante la comodidad con la que iba, sin consumir todos los piñones iba ligero y cómodo aunque de vez en cuando y debido a la multitud de ciclistas que había tocaba echar pie a tierra y empujar un poco.
La mañana pintaba bien, porque aunque estaban cayendo unas gotucas de agua no hacía presagiar mal tiempo, yo seguía dando pedales y la verdad es que el ritmo era muy llevadero. Superada la primera subida dura tocaba una bajada por pista rápida que era fácil y luego nos daría paso a más monte con algún charco de barro y demás.
Cada vez que veía una cámara de fotos intentaba dejar un poco de hueco y ponerle fácil que sacara un buen primer plano el fotógrafo que a mi me gusta eso de luego verme en carrera.
De la que iba avanzando la marcha encontraba a gente con algunos entablé conversación para hacer mas amenas las subidas pues las bajadas, con el desentreno que llevaba me las tomaba con mucha calma, haciendo bueno el dicho de «prefiero morir subiendo que matarme bajando».
Quinto PitStop (avituallamientos)
Salvo en el último avituallamiento que por su proximidad a meta y que llevaba alimento suficiente paré en todos a cargar agua, a comer un plátano o una gominola y la verdad es que se agradece la gente que había y su amabilidad. Además, aprovechaba para descansar un poco las patucas y el trasero que ya iba algo perjudicado de tanto bache.
Llevábamos ascendida más de la mitad de la ruta pero todavía quedaba lo peor, las rampas de la autovía del agua y un pedregal que está justo a continuación, y yo, con 32 dientes en las patas… Bueno, la verdad es que se resolvió bastante bien y aunque ya la falta de descanso se notaba un poco pude superar sin pena ni gloria esa parte del recorrido, dejando para los 20 kilómetros finales un gel con cafeína que además, tampoco había probado previamente. Tenía que tomarme con humor la marcha porque si estaba de salir bien, saldría bien.
Recta final
Paso de largo el último avituallamiento y aprovecho para tomarme ese gel de manzana y pegar dos buenos tragos de agua. No se si el efecto psicológico de la cafeína o el gel en sí me dan un plus más y empiezo a llevar otra marcha… Las bajadas me parecen más divertidas, las subidas algo más rápidas y el disfrute sobre la bici comienza a aumentar por momentos. Bajando alguna braña a toda pastilla, en otros tramos más pronunciados, echo pie a tierra porque me veo con una euforia excesiva y no quiero pegarme la torta por una pócima mágica.
La cuestión es que el tramo final que yo conocía de la primera marcha ya no se hacía y se bajaban unas pistas, senderos y trialeras realmente divertidas, técnicamente comprometidas pero que hasta disfruté bajando, ni yo me creía que pudiera adelantar a otros compañeros en mitad de un riachuelo de piedras mojadas… ¡Tremendo!
La marcha estaba acabando, quedaban 3-4 kilómetros según mi estimación y aquello empezaba a estar divertido, después de llegar al pueblo nos meten por un sendero paralelo al río que era muy divertido y algo técnico por la cantidad de piedras escondidas… Ya iba con todo metido dando pedales sin importarme lo que había debajo y de repente escuché un ruido seco, varios «clonc! clonc! clonc!» y un «fisssssss! fisssssss! fisssssss!» y en ese momento supe que algo había pinchado mi rueda trasera… Al parecer el líquido sellante taponó algo y me dejó con poco más de medio kilo de presión para poder acabar los 500 metros que me quedaban hasta el arco de meta, para darle más vidilla entré en la curva final al sprint y la verdad… es que me lo estaba pasando pipa!
Llegada, foto, charla con algunos colegas, un poco de líquido para reponer y cuando voy a montar para ir al coche, veo la rueda baja del todo… así que me tocó empujar la bici…
En este relato me queda ya solamente agradecer a todos los que han hecho posible un día tan estupendo de mountain bike en la Marcha Valle de Buelna.
- Club MTB Valle de Buelna, cada año os superáis organizando la marcha.
- Mario y Sara, sin vuestro enlace esto no hubiera sido tan divertido.
- Equipo Equipo Bicius CC, por vuestro apoyo.
- A BiciCantabria y sus miembros que participan y colaboran también en la marcha valle de buelna.
- Patrocinadores Grupo Resourcing, Maisport, Femusan, Bicius Bikes y Papagayo Bike.
- A mi familia y amigos que siempre están apoyando.
- Y a todos los que me seguís tanto aquí como en twitter y facebook, sin vosotros no tiene sentido este ladrillo.
Fotos de la Marcha:
Últimos comentarios