Electroestimuladores y su uso en el deporte
Desde hace años la electroterapia está extendida en el mundo terapéutico principalmente para tratar dolencias musculares producidas por accidentes, lesiones deportivas o acciones fortuitas. Pero como ocurre prácticamente con todas estas cosas, al cabo de un tiempo encontramos este tipo de terapias al alcance de la mano de cualquier consumidor gracias a aparatos desarrollados para su uso personal, los electroestimuladores.
Lo primero que hemos de tener presente a la hora de hablar de Electroterapia y Electroestimuladores es que no son la panacea, tienen unas prestaciones y un rendimiento interesante para algunas funciones como por ejemplo, recuperación, rehabilitación y tonificación muscular, pero no son en si mismo un medio completo de entrenamiento, sino más bien un complemento al entrenamiento voluntario.
Hace más de dos años que uso electroestimuladores, lo descubrí en la clínica de fisioterapia a la que habitualmente acudo y la finalidad principal que buscaba era descontracturar y recuperarme de una cervicalgia originada por un accidente de tráfico. Lo cierto es que conseguí el resultado esperado bastante más rápido de lo que imaginaba, siguiendo las instrucciones del fabricante y las recomendaciones de mi fisioterapeuta.
Una vez superada la lesión empecé a investigar que más usos podrían resultar beneficiosos del electroestimulador, como el deporte que practico -ciclismo- es un deporte de resistencia y fondo empecé a probar con los programas de recuperación y he de decir que no creía mucho en los efectos pero se nota, después de una sesión intensa o de más de 3 horas, utilizar electroestimuladores puede ayudarnos a recuperar mejor los músculos más fatigados. En mi caso particular, centro la recuperación en los músculos de las piernas (Cuadriceps, Femoral y Gemelos).
Puesto que pude comprobar que la mejora en el tratamiento de lesiones y de recuperación muscular era bastante satisfactoria, empecé a probar el electroestimulador para otro tipo de sesiones, mejora del rendimiento muscular, con programas como Resistencia Aeróbica, Resistencia Anaeróbica y aquí si que esperaba que el aparato en cuestión me defraudara en gran parte. Pues no, no me dio la satisfacción de defraudarme pues aun no siendo un entrenamiento voluntario ni consiguiendo un resultado parecido, si que mejoró en ciertos puntos la respuesta muscular.
En próximos artículos, intentaré explicar el funcionamiento de estos aparatos y la forma de sacar el máximo provecho a sus prestaciones, de este modo una entrega por capítulos puede ser lo más interesante para dividir la información por zonas de interés.
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