Ya queda menos para la Quebrantahuesos 2013
Fue el año pasado cuando la fortuna me sonrió en el sorteo de plazas de la Quebrantahuesos, llevaba dos años intentando participar y a la tercera fue la vencida, bueno, pues a la cuarta también. Este año he vuelto a obtener plaza y cajón así que no voy a desperdiciar la ocasión de disfrutar de tan bonito recorrido, fantástico ambiente y largos y duros puertos de montaña.
Tengo un grato recuerdo de aquel fin de semana en Huesca. Empezando por el buen tiempo que nos hizo todo el fin de semana, la amabilidad de los vecinos y sobre todo el ambiente de QH que se empieza a oler varios días antes. Las localidades de la comarca se vuelcan con este evento que además de deportivo es un reclamo turístico enorme. Estoy seguro de que en esta ocasión, disfrutaremos de unos días incluso mejores.
La Quebrantahuesos es una de esas marchas para la que te preparas y entrenas con ilusión desde principios de año, el hecho de que se celebre en junio te da la oportunidad de planificar con cierto margen la preparación, para los que van a marcar tiempo, e incluso participar en alguna otra marcha para comprobar la puesta a punto, pues desde mayo el calendario de citas cicloturistas está plagado de eventos.
Este año mi motivación es alta, me encuentro bien física y mentalmente, sobre todo porque las dudas a nivel organizativo que pude tener el año pasado están disipadas y ahora se que puedo centrarme en lo que debo centrarme. Tengo el objetivo para la marcha muy claro, mejorar el registro del año pasado (cosa que creo que es bastante fácil) y disfrutar todo lo que pueda de ese día, al igual que hice en 2012.
Mi compañera de fatigas será la misma, se ha portado muy bien estos dos últimos años y gracias a ello lleva un par de mejoras interesantes que la hacen un poco más rauda y veloz, además, hemos terminado de amoldarnos el uno al otro y este año he ganado en comodidad. Y es que para afrontar los 205km de recorrido, más vale ir cómodo pues serán al menos 7 horas dando pedales, desgastando muchas partes del cuerpo y fatigando los músculos hasta notar el hormigueo recorrerlos como una procesión.
Todavía puedo saborear los kilómetros de la Quebrantahuesos del año pasado, ese regustillo a asfalto que te queda en el paladar y de los 3500 metros de desnivel acumulado, desde las duras rampas de Marie Blanque hasta la interminable subida de Portalet sin olvidar el tramo de los 50 kilómetros finales a Sabiñánigo, donde más sufrí de todo el recorrido. Solo con pensar en ello, en recordarlo, la motivación vuelve y las ganas de pedalear se hace más fuerte.
Quedan muchos kilómetros por recorrer, muchas horas de preparación, durante las cuales habrá momentos de subidón y de bajón total, pero no me cabe duda que quince días antes de la prueba, esa sensación de «ya toca», «está ahí», «es tuyo», me dará el empujón final para acabar cumpliendo el objetivo.
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